Las píldoras sin protección entérica con cepas muy activas y en cantidad suficiente, tomadas con la comida.
En este caso las bacterias, al gozar de una naturaleza muy activa, empiezan ya a alimentarse y multiplicarse en el estómago, rodeadas de la protección que brinda la comida, a modo de matriz, y de un ph más alto. Deben tomarse durante la comida o justo al final de la misma, cuando el pH del estómago es más alcalino, y se asemeja más al del intestino delgado. Y aunque el tiempo en el que las bacterias se alojan en el estómago es insuficiente para que se activen del todo –como sucede en el yogur o en el kéfir-, al ser más fuertes que otras cepas y contarse por miles de millones, consiguen atravesar en buena parte la barrera estomacal, biliar y enzimática.
La mayoría de los probióticos del mercado optan por este segundo método, al ser más barato que la protección entérica; pero no todas las marcas verifican que cada partida que sale de sus instalaciones posee de hecho una actividad o capacidad de trabajo alta. Junto a ello, y de modo incomprensible, la mayoría de las marcas aconsejan tomar estos probióticos antes de las comidas, con el estómago vacío, por lo que la supervivencia de las bacterias resulta mínima –como lo indican incontables estudios científicos-, pues las bacterias liofilizadas –inactivas- sin apenas alimento –a veces sólo el poco que cabe en una píldora-, al enfrentarse en esa forma vulnerable al ácido del estómago -con un ph muy bajo, de 1.5- son destruidas en su mayoría. Sólo los probióticos con protección entérica deben tomarse con el estómago vacío.
Por el contrario, Génesis no sólo selecciona las mejores especies y cepas sino que comprueba la fuerza de cada partida que sale de fábrica, desechando las partidas débiles, pues una buena parte de sus clientes -en los países europeos y en Rusia- emplean sus bacterias para la producción industrial de yogur. Por ello, Génesis busca siempre cepas con una actividad y capacidad fermentativa fuerte. Esta capacidad es también garantía de un mayor vigor dentro del organismo humano. Por ello se podría decir que Génesis selecciona sólo “supercepas superactivas” en cada partida y en cada píldora. La mayoría de las empresas productoras de probióticos no los fabrican también para la producción industrial, por lo que no comprueban su alta capacidad fermentativa.
Y es que las bacterias, al tratarse de seres vivos, aun perteneciendo a la misma especie y cepa, están sometidas a las mismas leyes que otros seres vivos en la naturaleza, donde unos individuos gozan de más fuerza vital que otros. De este modo, se dan bacterias de la misma especie y cepa que resultan más débiles que otras, científicamente iguales. Son partidas de cepas “vagas”, que no fermentan bien la leche ni colonizan bien los intestinos, debiéndose buscar por tanto los individuos con actividad fuerte, de los que saldrán también colonias fuertes. Y así lo hace Génesis.