Ineficacia en la toma de probióticos: Por qué a veces parecen no funcionar
FORMAS POCO EFICACES DE TOMAR PROBIÓTICOS
► En píldoras sin protección entérica, fuera de las comidas (sería el caso de la recomendación de la mayoría de los probióticos del mercado).
► En píldoras sin protección entérica con las comidas, pero sin un alto poder fermentativo o capacidad de trabajo.
► En viales u otro tipo de formato que contenga un líquido con alimento para la bacteria. En este caso, las bacterias no se encuentran liofilizadas, sino activas. Para este formato, cabría preguntarse: ¿cuánto tiempo puede mantenerse viva una bacteria activa, encerrada en un recipiente con algo de alimento? La respuesta sería: no demasiado, especialmente si no está refrigerada. ¿Sabemos cuánto tiempo ha transcurrido desde su fabricación hasta que nos llega a casa?
► En polvo –en sobre o bote- fuera de las comidas. Si elegimos el formato de polvo suelto en bote, es importante saber que el probiótico se vuelve así más vulnerable a la humedad, de modo que las bacterias pueden haberse activado y muerto, antes de empezar a usar el contenido del bote. Tanto en bote como en sobre, el polvo liofilizado –no activo-, disuelto en agua y tomado en un estómago vacío, se enfrenta totalmente desprotegido al ácido estomacal, siendo destruidas las bacterias casi al completo, como lo demuestran numerosos estudios científicos. Por el mismo motivo, las pastillas masticables fuera de la comidas también llegan al estómago sin protección, aunque pueden ser eficaces para repoblar la flora bucal –siendo mejor para ello la ingesta de yogur o kéfir-. Cuando algunas marcas indican que sus cepas son resistentes al ácido estomacal, se refieren sobre todo a su forma activa, por ejemplo dentro de un yogur o kéfir, pero no siempre a la forma liofilizada sin ninguna protección y sin comida, en un estómago vacío.
► Un producto con una protección entérica no específica para los probióticos. Este tipo de protección debería aportar estudios científicos que aseguren la correcta liberación en el intestino.
► Un probiótico con un número inferior a 1000 millones de células vivas viables. Teniendo en cuenta que parte de esas bacterias van a ser destruidas en el camino, es preciso contar con un número mayor de partida.
► La ingesta insuficiente de fruta y verdura, alimentos necesarios para estos microorganismos.
► Los probióticos sin unas claras especificaciones en el envase acerca del número de células viables, tipo de cepas, etc.
► La ingesta, como única fuente de probióticos, de yogures comerciales, puesto que a veces estos han sido pasteurizados tras la fermentación, o han pasado demasiado tiempo en la tienda hasta su consumo, perdiendo así las bacterias gran parte de su vigor. Además, los yogures comerciales cuentan con un número mucho menor de bacterias activas que los elaborados en casa y con una variedad de bacterias también muy inferior. Los aditivos o el exceso de azúcar blanca de estos yogures han podido favorecer también el crecimiento de otras bacterias o levaduras no tan beneficiosas.
► La elección de un único tipo de probióticos, pues la flora intestinal es distinta en cada persona. Por ello, es conveniente probar distintas combinaciones de bacterias, pues la eficacia de los probióticos puede variar en función del individuo. Génesis cuenta con 5 tipos de probióticos en píldoras y 7 en forma de fermento de yogur.
► Una toma de probióticos durante un espacio de tiempo insuficiente, sobre todo si estamos buscando combatir alguna enfermedad, para lo cual resulta conveniente realizar un tratamiento durante al menos dos meses.