Descripción
Compuesto por las siguientes bacterias:
Lactobacillus acidophilus,
Lactobacillus gasseri,
Lactobacillus casei sp. rhamnosus,
Bifidobacterium bifidum,
Bifidobacterium infantis,
Bifidobacterium longum,
Bifidobacterium breve,
Bifidobacterium adolescentis,
Streptococcus thermophilus.
Todas estas cepas han sido seleccionadas y aisladas a partir de fuentes naturales provenientes de las montañas búlgaras.
Cultivado en un medio vegetal y ecológico (zumo de zanahoria orgánico).
Es importante recordar que la mejor fuente de probióticos e inmunoglobulinas es la leche materna de una madre sana.
Muy beneficioso para mejorar la flora bacteriana de la madre lactante (desde el primer día de lactancia o incluso antes). Numerosos estudios clínicos demuestran que estas bacterias contribuyen a mejorar, en calidad y cantidad, la flora de la leche materna, y por tanto, de los niños en periodo de lactancia.
RECOMENDADO PARA BEBÉS A PARTIR DE 6 MESES, Y NIÑOS DE CUALQUIER EDAD., CON INTOLERANCIAS A LOS LÁCTEOS. TAMBIÉN ES ÚTIL PARA LOS ADULTOS CON ESTA INTOLERANCIA. Igualmente beneficioso para bebés, niños y adultos sin intolerancia a los lácteos.
Especialmente necesario si:
-el bebé o la madre toman antibióticos, pues estos reducen y dañan la flora bacteriana de la leche materna.
-la madre tenía infección vaginal en el momento del nacimiento (pudiendo haber transferido bacterias patógenas al bebé).
-el bebé no está recibiendo lactancia materna (EN CUYO CASO SE PUEDE TOMAR DESDE LOS PRIMEROS DÍAS DE VIDA)
-el bebé toma leche de fórmula junto a la lecha materna (lo que altera también la flora del bebé).
-la madre sufre un desequilibrio en la flora bacteriana.
-el bebé ha nacido por cesárea (sin contacto vaginal, otra fuente de probióticos); y se retrasa además la lactancia materna.
En caso de querer administrarse durante una enfermedad grave del bebé, consultar con el pediatra.
Dosis en bebés: Verter la mitad de la cápsula en un biberón templado o papilla, o mezclar con la leche materna, en una cucharita o jeringa. Dejar reposar unos minutos y mover suavemente. Dar siempre con una toma de leche o papilla completa, (no sólo con un poco de alimento). Mejor en medio de la comida o al final. Cerrar rápidamente la cápsula, con la otra mitad del producto restante dentro, y meter en el bote, que se conservará en el frigorífico hasta el día siguiente.
Los niños o adultos deben tomarlo abriendo la cápsula y vertiendo el contenido completo de la misma en un líquido unos minutos; o tragando la cápsula, durante la comida o al finalizarla.
Contiene 14 cápsulas de 250 mg con recubrimiento vegetal.
25.000 mil millones de células vivas liofilizadas
100 % células vivas, sin rellenos, conservantes ni aditivos. EXCLUSIVO EN EL MERCADO. (Se evita así el posible daño que puede producir sobre la bacteria la acción mecánica de mezclarla con otras sustancias)
Sin trazas de lácteos, gluten, soja o frutos secos.
No manipulado genéticamente, manteniendo así la fuerza originaria de la bacteria y su adaptación al organismo humano.
Las cepas de este probiótico, tomadas en medio o justo al final de una comida, resisten a los ácidos del estómago, alcanzando y colonizando en gran número los intestinos delgado y grueso.
Cepas empleadas en la industria alimentaria y médica por su gran capacidad reproductora, colonizadora y fermentativa, analizadas en laboratorio y en individuos.
Más información sobre probióticos y bebés en nuestra sección: probióticos e infancia https://genesisprobioticos.es/probioticos-y-salud/probioticos-e-infancia/
Vaginitis y Candidiasis
La mucosa de las paredes vaginales está poblada por bacterias probióticas. Sin un equilibrio de estas bacterias, se puede producir fácilmente una infección por bacteria patógenas, hongos… Las colonias normales de una vagina sana suelen estar compuestas por lactobacterias gram positivas como la Lactobacillus crispatus, Lactobacillus jensenii, L. gasseri y la Lactobacillus iners, aunque los agentes patógenos suelen estar también presentes (como la gardanella vaginalis), pero controlados. Se sabe también que las Bifidobacterias habitan en la vagina de la mujer. De hecho, la Bifidobacterium Infantis –clave en el desarrollo de la flora del bebé- pasa a menudo al recién nacido con el primer contacto con la vagina, al nacer este sin cesárea. Últimamente se ha descubierto también que algunas mujeres contienen Bifidobacterias y no Lactobacillus. Por ello, un tratamiento probiótico para tratar las infecciones vaginales debería tener ambos géneros de bacterias. Los mecanismos de control que emplean las lactobacterias y bifidobacterias son el ácido láctico y la producción de peróxido de hidrógeno.
La vaginosis es un desequilibrio en la flora normal. La vaginitis es un crecimiento de bacterias patógenas, habitualmente gram negativas, que acaban produciendo una infección. Los microorganismos patógenos más comunes suelen ser la Cándida albicans, gardanella vaginalis y la Trichomonas vaginalis. Otros microorganismos que pueden estar en la vagina y reproducirse en exceso al perderse el equilibrio de la flora vaginal son: Neiserria gonorrhea, Ureaplasma species, Mycoplasma genitalium, Streptococcus species, Escherichia coli, y Chlamydia trachomatis.
El uso de antisépticos, antibióticos y substancias agresivas con toxinas pueden estresar la población probiótica, favoreciendo la infección. Los antibióticos pueden ayudar durante un tiempo a las pacientes, pero suelen dar lugar a una recaída en la enfermedad en no demasiado tiempo.
La vaginitis además suele desembocar en infecciones urinarias, con picores y mal olor. Puede agravarse también y tener otro tipo de complicaciones, partos prematuros, infecciones en la cadera…
Tanto el tratamiento externo o tópico como oral suele obtener buenos resultados. Parece que el tratamiento oral coloniza la vagina al ser excretados por el colón las bacterias administradas y pasar del ano a la vagina. Aunque lo ideal es un tratamiento conjunto, oral y tópico.
La mejor forma de recuperar la flora vaginal es por la aplicación de un yogur elaborado en casa con L. Acidophilus en la zona a tratar. Mejor si el yogur contiene L. Acidophilus y varias Bifidobacterias, pues estas, como se ha dicho, también habitan en la vagina de la mujer. El fermento para yogur casero Acidophilus con Bífidus de Génesis sería por tanto el ideal. Debería aplicarse una cantidad de unos 10 ml (una cucharada sopera) del yogur, a temperatura ambiente, no frío, con una jeringa especial para enemas de venta en farmacias, con la punta redondeada, o una punta de cocina para la aplicación de cremas pasteleras. Sería conveniente introducirse la punta todo lo que se pueda, para que el yogur llegue también al cérvix. Otro método sería mojar un tampón en el yogur, aunque hay quien recomienda no usar tampones con las infecciones. Al introducirlo, es bueno estar tumbada, con una almohada sobre la pelvis, para que el yogur llegue a una zona más profunda, y dejarlo ahí toda la noche, con una compresa. Aunque nuestra infección sea urinaria y no vaginal, el lavado vaginal con yogur vendrá bien, pues la orina puede contaminar a la vagina y viceversa: la vaginitis afecta con frecuencia a la vejiga. Por eso el tener una flora vaginal sana beneficia tanto a la vagina como a la vejiga.
Por otro lado, los probióticos orales repoblarán el intestino y las heces, pero no llegarán a la zona vaginal, a no ser por contaminación de las heces. Es decir deben pasar del ano a la vagina: pero esto no siempre sucede. Aunque es bueno tomarlos para equilibrar la flora intestinal, de donde pudo provenir toda la infección. Se recomienda tomar yogur elaborado en casa con el fermento Acidophilus con Bífidus (el mismo que para la ducha vaginal); y si se quiere, acompar con las cápsulas Genesis Megamix, pues como se explica más abajo, los estudios clínicos más abundantes y favorables se han realizado con dos tipos de bacterias presentes en este probiótico: L. acidophilus y L. Rhamnosus.
La cándida es un tipo de hongo que se encuentra en muchos intestinos de personas sanas, pero de forma controlada. Pero si se pierde el equilibrio de la flora intestinal puede llegar a la vagina, atravesar el intestino delgado, alcanzar la boca y causar graves perjuicios a la persona. Entre las causas principales del crecimiento de la cándida –que afectan a la flora intestinal negativamente- están:
-Una mala alimentación.
-El estrés.
-Uso excesivo de antibióticos, sin tomar después probióticos.
-Un desequilibrio hormonal, con un predominio de estrógenos, por el uso de anticonceptivos orales, la presencia de xenoestrógenos (plásticos, pesticidas, cloro del agua, lejía, flúor, productos de limpieza, etc.,) lo que carga el hígado y afecta de forma adversa al intestino.
-Azúcar alta o diabetes.
-Falta de ácido clorhídrico, bilis, enzimas pancreáticas, y la disfunción hepática: porque estas sustancias inhiben el crecimiento de la cándida e impiden que atraviese la mucosa intestinal. Las proteasas mantienen el intestino delgado libre de parásitos.
-Medicamentos antiácidos y anti úlceras. Porque permiten que los microorganismos patógenos lleguen más fácilmente al intestino, al no ser detenidos por el ácido estomacal.
-El gluten, porque debilita las paredes intestinales, que la cándida aprovecha para llegar a la sangre.
Por todo ello, junto a la toma de probióticos –por vía oral y tópica-, nos puede ayudar también:
-Tomar extracto de pau d´arco. No se debe tomar durante el embarazo.
-La perlas de ajo también son efectivas (se pueden tomar durante el embarazo). Y también el aceite de orégano, con protección entérica (no se deben tomar durante el embarazo).
-Eliminar el azúcar blanco, pan blanco y carbohidratos refinados de nuestra dieta, aunque se deberían eliminar en cualquier caso.
-Mejorar el sistema inmune, reduciendo el estrés, mediante una alimentación más sana, haciendo más ejercicio, tomando equinácea, etc.
-Eliminar los medicamentos que afecten al estómago, hígado e intestino o que desequilibren las hormonas femeninas.
-Hacer limpiezas de hígado.
-Dejar el gluten, en su caso y tomar menos lácteos. Si acaso sólo en forma de yogur casero.
Las indicaciones que se dan en el apartado de cistitis e infecciones urinarias pueden ayudar también para recuperar la salud vaginal.
Investigaciones clínicas con resultados positivos.
- Universitá degli Studi di Siena (Delia et al. 2006): tratamiento durante tres meses con 2 tipos de supositorios vaginales en dos grupos distintos:
-Tratamiento sólo con L. acidóphilus
-Tratamiento con L. acidophilus y L. paracasei F19
Ambos tratamientos en los distintos grupos fueron favorables para tratar una infección vaginal
- Universidad de Milán (Drago et al. 2007). 40 mujeres con vaginosis se sometieron a una ducha vaginal con L. acidophilus durante seis días. Después de este tratamiento sólo 7,5% de mujeres seguían teniendo vaginosis. El olor típico de la vaginosis desapareció en el resto y el ph volvió a los niveles normales de 4,5 en 34 de las 40 mujeres.
- Universidad de Western Ontario (Reid et alia 2001). 42 mujeres tomaron cápsulas con Lactobacillus rhamnosus GR-1 y Lactobacillus fermentum RC-14 durante 38 días. La flora vaginal (que era normal sólo en el 49% del grupo) retornó a la normalidad en un 90% del grupo y 7 de las 11 mujeres que tenían vaginitis microbiana dentro del grupo se curaron después de un mes.
La misma universidad hizo el experimento con L. rhamnosus GG y no obtuvo resultados favorables.
- Investigaciones en el Israel´s Central Emek Hospital (Shalev et al. 1996): 46 pacientes con vaginosis tomaron yogurt con L.acidophilus activo. Los resultados fueron también favorables respecto al grupo placebo.
- Hospital universitario de Uppsala, en Suecia (Hallen et al. 1992). 57 mujeres infectadas con vaginitis microbiana tomaron L. acidophilus. La mitad del grupo se trató con placebo y la otra mitad con acidophilus. 16 de las 28 mujeres tratadas con acidóphilus equilibraron su flora y 0 en el grupo placebo.
- Investigadores italianos (Cianci el alia 2008) emplearon Lactobacillus ramnosus GR-1 y Lactobacillus reuteri para el tratamiento y prevención de la vaginosis y la vaginitis microbiana. El 92% de un grupo de 50 mujeres obtuvieron resultados favorables.
- Científicos de la Universidad de Sao Paulo (Martínez et al. 2009). Tratamiento con L. rhamnosus GR-1 y L. reuteri RC-14 durante cuatro semanas. 87% de las mujeres se curaron. De ellas el 75% recuperó la flora vaginal normal.
- Departamento de obstetricia y Fetomaternidad de la Universidad de Medicina de Viena, Austria (Petricevic and Witt 2008). 190 mujeres con vaginosis recibieron tratamiento oral y tópico durante 7 días con L. Rhamnosus. El 83% mejoraron significativamente.
La misma universidad repitió el tratamiento con L. rhamnosus GR-1 y L reuteri RC.14, también con resultados favorables, algo menores que con el experimento anterior.
Fuente de estudios clínicos: Probiotics. Protection against Infection, de Casey Adams.
- Cultivos termófilos (se multiplican eficazmente a temperaturas entre 35 y 50 º C).
- Combinación simbiótica de las siguientes cepas:
Lactobacillus acidophilus,
Lactobacillus gaserii,
Lactobacillus casei sp. rhamnosus,
Bifidobacterium bifidum,
Bifidobacterium infantis,
Bifidobacterium longum,
Bifidobacterium breve,
Bifidobacterium adolescentis,
Streptococcus thermophilus.
- Cultivos de bacterias concentradas y liofilizadas.
- El número de células vivas viables no es menor de 100 x 109 (cien mil millones) por gramo.
- Las cepas GENESISTM han sido aisladas y seleccionadas de fuentes naturales, y no han sufrido modificación genética alguna.
- Cada partida de cepas que sale de nuestra fábrica es sometida a rigurosos análisis y tests, para comprobar la ausencia de fagos y otros contaminantes, y su pureza y capacidad fermentativa y colonizadora.
- Las cepas están caracterizadas de acuerdo a las Bargey´s Manual y los requisitos de la International Dairy federation (IDF) y de la International Diary Foods Association (IDFA).
- Información transparente y detallada en los formatos de píldoras, de acuerdo con la normativa de la NNFA (National Nutritional Food Association).