Problemas digestivos y estreñimiento

Los problemas digestivos pueden ser debidos a: una mala masticación, una mala combinación de alimentos, la baja producción de enzimas en el páncreas, problemas de hígado o de vesícula, reflujo, acidez, gastritis,  estreñimiento, desequilibrio bacteriano en los intestinos, estrés nervioso, etc. En cualquier caso, la toma de probióticos ha demostrado ser eficaz en muchos de estos problemas, puesto que promueven el equilibrio de la flora bacteriana, que incide directamente en la digestión, sobre todo en el intestino delgado, donde las bacterias favorecen la absorción de muchos nutrientes y eliminan los restos de comida que quedan en la mucosa. Las bacterias probióticas también producen enzimas que facilitan la digestión, como la proteasa y la lipasa, que rompen las proteínas y la grasa. Además algunas especies como el L. Bulgaricus, inhibe el crecimiento del H. Pylori, causante de la úlcera de estómago y la gastritis (junto a otros factores).

El estreñimiento es también propiciado por varios factores, pero a menudo está  relacionado con la disbiosis o el desequilibrio bacteriano intestinal, fruto de: una mala alimentación, el exceso de carne -que avanza lentamente por los intestinos, causando putrefacción y provocando un desequilibrio en la flora-, la ingesta de antibióticos, la contaminación por agentes patógenos, etc. El estreñimiento  puede ser también  ocasionado por una mala digestión, o por problemas de hígado. Por tanto, la mala digestión puede afectar negativamente al estreñimiento (ya que los alimentos mal digeridos alimentan a las bacterias patógenas, que  empeoran  el estreñimiento); pero también puede suceder al contrario, que un intestino irritado o estancado afecte de modo adverso a la digestión, ya que al reducirse la flora beneficiosa, se dificulta, como se ha dicho,  la asimilación  y la  absorción intestinal.

Además de beber más agua, hacer más ejercicio,  tomar más fruta y verdura -cuya fibra alimenta a las bacterias beneficiosas- e incluir en la dieta algún complemento de magnesio, la toma de probióticos es fundamental para curar este desorden, sobre todo en la forma de yogur casero elaborado con bacterias de calidad. El yogur casero tomado con cierta asiduidad resulta mucho más eficaz en la cura del estreñimiento que los probióticos en forma de píldora, pues el yogur contiene una cantidad de bacterias mucho mayor. El tratamiento del estreñimiento con probióticos produce además menos dolor intestinal que el uso de magnesio.

Otros problemas intestinales como la diarrea, la hinchazón, los gases, el intestino irritable, el intestino permeable, la enfermedad de Crohn, etc., han sido tratados con probióticos con un resultado favorable.

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