Preguntas Frecuentes (F.A.Q)

  • ¿Por qué hay que tomar probióticos?
    Porque el estrés, la mala alimentación y los antibióticos, que son frecuentes en la vida moderna, han podido dañar la flora intestinal.
  • ¿Durante cuánto tiempo hay que tomar probióticos?
    Si buscamos combatir una efermedad concreta, al menos dos meses. Si lo hacemos para fortalecer nuestra flora intestinal, podemos tomarlos durante un mes, varias veces al año.
  • ¿Cuál es la mejor forma de tomar probióticos?
    El yogur y kéfir elaborado en casa, con fermentos de calidad; las píldoras, si cumplen los requisitos comentados en el apartado “cómo tomar probióticos”, también serían eficaces.
  • ¿Se pueden fermentar leches vegetales?
    Sí, todas las bebidas vegetales fermentan, pero la que da produce una textura más similar a la leche animal es la de soja.
  • ¿Es mejor refrigerar los probióticos?
    Sí, pues la humedad y el calor podrían activarlos y hacerlos perecer, por falta de alimento.
  • ¿Todos los probióticos atraviesan la barrera del ácido estomacal?
    No, sólo los que tengan una protección entérica adecuada o los que, aunque sin contar con esta protección, poseen unas cepas muy activas, en una cantidad considerable –más de dos mil millones-,  y se tomen con la comida. Por supuesto, también el yogur y kéfir casero.
  • ¿La fermentación hace más digerible la leche?
    Sí. Incluso puede permitir a las personas con una leve intolerancia a la lactosa el tomarla.
  • ¿Cómo sé que los probióticos son efectivos?
    Tras una o dos semana de tomar probióticos, deberíamos notar una mejoría en la frecuencia con que vamos al baño. Los problemas crónicos pueden tardar más tiempo en mejorar, pero al cabo del tiempo, deberíamos notar también una menor flatulencia, una mejora en la digestión y una reducción de la hinchazón. También podemos notar los efectos en la mejora de la piel, en el estado de ánimo, en el aumento de energía, y el mayor vigor del sistema inmune.
  • ¿Es necesario el envío en frío de los productos?
    Si la conservación de los probióticos en frío resulta ciertamente fundamental; si así los conservamos nosotros en nuestras instalaciones, y así exigimos a los distribuidores y vendedores que operen, nuestra tecnología de envasado permite que la cadena de frío pueda suspenderse con total garantía durante un periodo mínimo de 6 semanas; en los test de estrés, a veces hasta más de 3 meses.
    Ambas líneas de producción (sobres verdes y grises) utilizan una triple capa de aluminio termorresistente para industria alimentaria recubierta tanto interna como externamente de una lámina de plástico alimentario (5; PP). En cuanto a los envases para las cápsulas, el tipo de plástico ultraduro empleado es igualmente termoaislante. Hemos realizado envíos sin refrigeración tan lejos incluso como Chile, sin que ello suponga merma alguna del producto. La factoria central, radicada en Bulgaria, sirve sin refrigeración a zonas tan remotas como Rusia o Japón. El envasado está concebido justamente para evitar la engorrosa cuestión del transporte en frío, proteger al máximo el producto y prevenir todo tipo de contingencias de despiste ocasional. De esta forma, la noción ‘cadena de frío’ alude a la tónica de conservación indicada para el conjunto de la vida útil del producto, dos años desde su fecha de producción, pero de ninguna manera a una norma cuya más mínima vulneración suponga un punto sin retorno, siempre con los límites señalados más arriba.
    Por otro lado, es para minimizar cualquier posible prevención del cliente al respecto que ofrecemos además, junto a la modalidad de envío convencional vía Correos, un envío express a través de MRW: los productos abandonan nuestras instalaciones hacia las 18 hh. y se entregan siempre antes de las 19 hh. del día siguiente -por lo común varias horas antes, con lo que el plazo de suspensión de la cadena de frío abarca entre 16 y 22 horas, la mayor parte de ellas nocturnas.
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